Los filtros UV son los más comunes, puesto que su principal función es proteger el lente. Con un filtro protegemos el lente contra golpes accidentales, salpicaduras y polvo.
Es más fácil y menos arriesgado limpiar un filtro que un lente. Su utilización no debe afectar a la imagen que captemos, siempre que sean de una calidad igual o superior a la de nuestros lentes.